Hay lugares que, por muy alejados que se encuentren, tenemos que visitar al menos una vez en la vida porque cuentan con secretos que merecerá la pena descubrir. El mundo es un lugar fantástico y que cuenta con muchos más lugares increíbles de los que creemos. Durante nuestro paso por esta Tierra, debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para intentar conocer el máximo número posible de estos lugares porque es de ese modo como evolucionaremos como seres humanos y como nos sentiremos realizados. La verdad es que este es un hobby que merece la pena realizar.
Desde hace tiempo, una tierra se había convertido en mi prioridad a la hora de viajar. Hablo de un país como Nueva Zelanda, uno de los países que más secretos guarda de todo el mundo y que, además, es más característico y escapa de “lo de siempre”. La cultura, la gente, el clima… no tienen nada que ver con lo que conocemos en España y en Europa, así que es un destino perfecto para unas vacaciones. La verdad es que este es un viaje que, a pesar de ser largo, va a marcar nuestra vida desde el momento en que pongamos un pie en Nueva Zelanda en adelante. Os lo puedo asegurar por experiencia propia.
He estado en Nueva Zelanda este mismo año, cumpliendo con un deseo que tenía desde hace tiempo. Fui durante el mes de septiembre y, aunque tenía ganas de que llegara el momento desde mucho antes, fue en el mes de abril cuando me entraron unas ganas irresistibles de visitar este país porque leí un artículo que voy a compartir con todos vosotros y vosotras y que procedía del portal web del diario El Mundo, en concreto en su sección Sapos y Princesas, se desvelan 20 cosas que quizá no sabíamos de un país como del que estamos hablando.
Una de las cosas que me pareció más interesante es que el 30% del país era Reserva Nacional, algo que además tiene una influencia muy grande en la conciencia ecológica que tienen los neozelandeses.
Se trata de un país en el que, además, hay tres idiomas oficiales: el inglés, la lengua de signos y el maorí, que es el de los indígenas. La verdad es que los secretos de este tipo de población constituyen una de las curiosidades más grandes de un país como del que estamos hablando.
La danza de la Haka es otro de los grandes atractivos y está relacionada precisamente con la cultura maorí. Es particularmente conocida en todo el mundo por el hecho de que es interpretada por la selección de rugby del país oceánico, los All Blacks, que son los actuales subcampeones del mundo y que cuentan con tres títulos de este tipo en sus vitrinas.
Nueva Zelanda también es conocido por tener muchísimas más ovejas que personas. Es algo que suele llamar la atención de todos los visitantes y que habla a las claras sobre el gran respeto por la vida animal que hay en esta zona del mundo y que poco o nada tiene que ver con lo que hacemos en Occidente.
Es, al mismo tiempo, la tierra de El Señor de los Anillos. En Nueva Zelanda se han rodado las películas de esta saga, que es una de las más importantes en la historia del cine y que cuenta con una legión más grande de fans a lo largo y ancho de todo el mundo.
El Blue Lake, uno de los paraísos naturales más especiales del país, tiene las aguas más claras del mundo, algo que, en el mundo en el que nos encontramos, tiene un gran mérito y que habla a las claras sobre la naturaleza del país y el acto impacto que tiene ella en él.
Tiene una de las ciudades con más calidad de vida de todo el mundo, Auckland, algo que mucha gente no conoce y a la que incluso le parece raro puesto que estamos hablando de una ciudad de Oceanía, de las que normalmente tendemos a desconocer prácticamente todo.
Imaginaros, después de haber leído todo esto, las ganas que tenía de ir a Nueva Zelanda, que ya eran grandes de por sí pero que se multiplicaron por mucho. La lectura de este artículo, a pesar de que todavía quedaba cerca de medio año para acudir a esta zona del mundo, me hizo darme cuenta también de que necesitaba agilizar todos los trámites para organizar mi viaje y que no tuviera ningún problema con él. Ya sabéis que nada es lo mismo en relación a viajar dentro y fuera de la Unión Europea y que las cosas muchas veces se complican si escoges un destino que sea algo más extraño de lo habitual. Como es lógico, quería evitar cualquier eventualidad en este sentido.
Lo que más me preocupaba de mi viaje a Nueva Zelanda era todo lo que tenía que ver con la tramitación del visado. Ya sabéis que estas cosas algunas veces se demoran y hay que estar permanentemente al tanto de cómo avanza este trámite porque, de lo contrario, igual el visado no lo ves en tu vida. Cuando le trasladé este miedo a algunos de mis amigos, hubo varios de ellos, que también han recorrido buena parte del mundo, que me recomendaron que contactara con My Trip Visa porque se encontraban especializados en visados a países exóticos y ya contaban con experiencia en la tramitación de visados para este tipo de lugares. Este tipo de servicios y sus facilidades permiten que la industria turística vaya creciendo año a año y que las personas nos animemos a viajar.
Fue una buena idea. Y es que, en apenas unas semanas, mis miedos se desvanecieron por completo y obtuve el visado. Todavía faltaban algunos meses para ir a Nueva Zelanda, pero gracias a esto tuve la posibilidad de organizar el resto del viaje sin estar pensando en otra cosa y sin tener la sensación de que algo malo podía pasar. Está claro que eso me animó porque, después de la obtención del documento, estuve varios días invirtiendo todo mi tiempo libre en ver cosas sobre Nueva Zelanda. En ese momento entendí que iba a cumplir uno de mis grandes sueños.
Un país en el que no vas a encontrar agobios
Una vez hecho el viaje, tengo que decir que Nueva Zelanda es un país que destaca, además de por todo lo que ya he dicho, por ser una tierra en la que no vas a encontrar agobios de ningún tipo. La vida allí es muy tranquila y eso redunda en la calidad de vida de las personas, que es muy alta y que se va a mantener así por muchos años más puesto que es algo que se valora y se respeta. Poco o nada tiene que ver eso con la calidad de vida que tenemos en Europa o en Estados Unidos, donde las prisas son las compañeras desde que nos levantamos hasta que, muchas horas después, decidimos ir a dormir.
Tampoco vas a encontrar agobios en materia turística porque el país apenas cuenta con turismo internacional. De acuerdo con los datos que muestra Statista, la década pasada el número de turistas internacionales en Nueva Zelanda se situó entre 1 y 2 millones, una cifra que bajó durante la pandemia pero que ya se ha recuperado en los momentos en los que nos encontramos.
Pero que lleguen pocos turistas a este país no tiene nada que ver con el hecho de que sea un país poco apetecible, sino más bien con su ubicación geográfica. Hay que decir que estamos hablando de uno de los lugares más alejados de la Tierra para muchos de los habitantes que se encuentran en él y que eso echa para atrás a mucha gente. Pero ya os digo que eso termina siendo una gran ventaja porque, de ese modo, podemos evitar las masificaciones. Porque Nueva Zelanda tiene argumentos más que de sobra para llamar la atención de una barbaridad de gente.
Yo particularmente he disfrutado muchísimo con un viaje como este y ojalá pueda volver a hacerlo algún día. La verdad es que es una experiencia que te curte como persona y que te permite seguir desarrollándote, conocer nuevas culturas y, en resumidas cuentas, abrir tu mente, una cosa que es realmente necesaria en una sociedad como la de hoy. Ojalá que, al menos en una ocasión en vuestra vida, tengáis la oportunidad de visitar Nueva Zelanda. La verdad es que no os vais a arrepentir en absoluto, os lo puedo asegurar.
Ni que decir tiene que este es un país que va a conservar todo aquello de lo que hemos venido hablando. Después de haber estado allí, he llegado a la conclusión de que sería una gran idea adoptar el respeto que los neozelandeses tienen por el cuidado del medioambiente, de la naturaleza y de los animales. Falta nos hace en el mundo occidental, donde a menudo nos sentimos los reyes del mundo, sin llegar a serlo ni de lejos, por supuesto.