La relevancia del interim manager en la industria del chocolate

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¿Alguna vez habéis trabajado en una fábrica? Si es así, lo que os vamos a comentar os sonará. Hablamos de un entorno en el que hay una gran cantidad de gente y en el que puede haber momentos de mucho caos. Una fábrica no es lo mismo que una oficina ni mucho menos y lo cierto es que exige una gran organización para evitar que caigamos en la ineficiencia y que haya duplicidades y tareas que no sepamos de quién son competencia. El problema que tienen muchas fábricas gira en torno a eso y lo cierto es que puede ser realmente dañino para la ejecución de los trabajos de ese negocio.

Este ha sido uno de los principales problemas que he encontrado a la hora de organizar mi fábrica. Hace unos años, adquirí una empresa dedicada a la producción de chocolate de todo tipo y que depende de un importante grupo empresarial de nuestro país. Somos unos 500 trabajadores y la verdad es que la organización siempre ha sido una de mis prioridades para intentar que todo en el negocio estuviera perfectamente organizado.

En un entorno como este, hay que tener bien claro cuántas personas se van a encontrar dentro de cada línea de producción y cuál es la labor de cada una. La especialización y división del trabajo ha sido siempre una de las maneras de hacer más eficiente la jornada laboral de cada trabajador y, en un ámbito como en el que se mueve mi empresa, eso es fundamental. No hace lo mismo la persona que se encarga de manejar la máquina embaladora de los productos que el operario que se encarga de manejar la materia prima. Es preferible que ambas personas estén especializadas en su actividad en concreto.

El caso es que las cosas no estaban saliendo exactamente como yo quería. Necesitábamos producir la misma cantidad de kilos de chocolate en tableta que de bombones… y la verdad es que nos salían muchos más kilos de tabletas que de bombones. Esto nos suponía un problema de primera magnitud porque no podíamos cumplir con los pedidos que nos hacían nuestros clientes, que son grandes supermercados y superficies con las que no se puede fallar y a los que no hay que decepcionar en absoluto. Teníamos que ponerle un remedio al asunto y conseguir que se equiparara la producción de una cosa y la otra.

¿Cuál podía ser el problema? ¿Por qué era más ineficiente la línea de producción de los bombones que la de las tabletas si disponían de la misma cantidad de personas, el mismo tiempo de ejecución y encargados con la misma cualificación? Este tipo de preguntas me reconcomían por dentro y necesitaba dar con la solución para poder dar respuesta a las necesidades de la empresa. Si no encontraba la solución a un problema como este, estaba convencido de que muchas de esas superficies que eran clientas nuestras iban a dejar de serlo. Y eso hubiese supuesto un grave trastorno para nuestras aspiraciones futuras.

Organizar las distintas líneas de producción era algo que no podía acometer solo. Necesitaba la ayuda de alguien, una persona que esté acostumbrada a tomar decisiones que supongan un punto de inflexión, un golpe de timón. Y tenía la sensación de que me podía ayudar más una persona de fuera que de dentro de la fábrica. Uno de los responsables de nuestro grupo empresarial me habló de la posibilidad de contar con un interim manager y la verdad es que la idea me gustó. Una vez que analicé las páginas web de empresas especializadas en esto, tomé la decisión de contactar con Qmt puesto que su metodología, llamada los Ejes del Progreso, capturó mi atención puesto que respondía a una planificación detallada y a una temprana identificación de riesgos.

El interim manager se puso a trabajar en lo que os comentaba más arriba. Es cierto que se requiere un periodo de análisis en el que se empiecen a ver cuáles son los errores que se cometen en una línea de producción y cuáles son las cosas que podemos hacer para intentar resolverlos. Después de unas semanas, llegamos a la conclusión de que la manejabilidad de las máquinas con las que se producían los bombones era mucho más reducida que la de las tabletas, así que una de las decisiones que tomamos al respecto fue acometer una inversión para comprar unas nuevas y conseguir simplificar el trabajo de los operarios.

También nos dimos cuenta de que la gente que se encargaba de la línea de las tabletas disponía de un personal un pelín más cualificado, que contaba con más experiencia. La diferencia no era demasiada porque nosotros intentamos, en su día, repartir a los operarios con más antigüedad en la fábrica para que existiera un equilibrio entre las dos líneas. Pero hacía falta que existiera algo más. Por tanto, tomamos la decisión de intercambiar a un par de operarios de la línea de las tabletas por otros dos de la de los bombones.

Los resultados han sido, desde mi punto de vista, bastante buenos. La productividad de la línea de tabletas se ha mantenido y la de los bombones ha crecido de una manera realmente interesante. Eso nos ha permitido que los bombones se fabriquen de una manera en la que sí responde a nuestras necesidades. Ahora tengo menos miedo que antes a fallarle a alguno de mis clientes. Y eso es lo que me permite decir que somos una empresa bastante más seria de lo que éramos antes.

La industria necesita más análisis de este tipo 

El sector industrial es uno de los más importantes que pueden existir en cualquier país. Da trabajo a mucha gente y fabrica elementos que van a ser importantes para todo tipo de sectores económicos. Siempre es mejor que haya empresas nacionales que fabriquen este tipo de elementos a que lo hagan empresas de otros países y haya que costear el transporte hasta nuestros pueblos y ciudades. Pero no basta con eso. Las empresas que se encarguen de la fabricación de esos elementos lo tienen que hacer de una manera eficaz. Si no, seguimos teniendo un problema.

Siempre hemos dicho que España es un país de servicios y es completamente cierto, pero el papel que tiene el sector industrial también es de cierta relevancia en el interior de nuestras fronteras. Si le echamos un vistazo al gráfico del portal web Statista que voy a compartir con todos vosotros, podréis ver que la industria, después de los servicios, este sector es el que más personas ha empleado desde 2008 hasta 2023. Por tanto, todo lo que sea ganar eficiencia y eficacia en este campo nos va a permitir que evolucionemos como economía.

Fijaos solamente en el número de trabajadores que están dentro de la industria textil, que nada tiene que ver con la mía pero que no deja de ser una industria y que ha tenido mucha relevancia en España. De acuerdo con Statista, es una industria que tenía casi 46.000 trabajadores en nuestro país y que incluso llegó a disponer de más de 54.000 personas. Fábricas no hay tantas, así que es de suponer que las que existan tendrán una gran cantidad de personal en su interior. Gestionar espacios y equipos así es muy difícil y hay que saber dar con la tecla.

Pedir ayuda a alguien de fuera de nuestra organización es necesario muchas veces porque disponen de una visión muy diferente a la nuestra y nos pueden permitir ver cosas que quizá nosotros no hayamos visto. La utilidad de los interim mánagers viene dada precisamente por eso y, qué queréis que os diga, en mi caso ha sido realmente importante para eliminar aspectos negativos en la organización de mi personal y en la producción de los distintos productos de chocolate.

No es ninguna humillación ni mucho menos que necesitemos la aportación de los interim mánagers. De hecho, su figura existe con la intención y la voluntad de ayudar a negocios que puedan necesitar un cambio, un golpe de timón. Por tanto, lo que hay que hacer es eliminar complejos y orgullos y confiar en gente que sabe lo que nos puede hacer falta para crecer como negocio y para eliminar cualquier tipo de barrera que se nos pueda poner por delante. A mí, personalmente, lo que me importa no es que haya tenido que pedir ayuda, sino que he podido obtener una solución para nuestros problemas.

Creo que es una elección bastante inteligente confiar en alguna persona ajena a nuestra organización para que deporte algún tipo de problema o deficiencia que nosotros no hayamos visto. Hay demasiada gente que comete y vuelve a cometer los mismos errores, una y otra vez, e impide de ese modo que su proyecto, que su negocio, prospere. Yo no estoy en ese barco ni mucho menos. Soy de los que piensan que cuatro ojos ven más que dos y, de hecho, he llevado a la práctica esta teoría obteniendo muchas ventajas de ella.

 

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