Todos y todas sabemos, a estas alturas de la vida, lo importante que resulta tener la vivienda que realmente queremos para que podamos vivir la vida que merecemos. La vivienda es la pieza angular sobre la que va a girar nuestra vida, es el espacio en el que vamos a obtener la oportunidad de descansar del día a día y en el que vamos a disponer de las herramientas necesarias para intentar construir la mejor de las felicidades y alegrías. Si no nos encontramos a gusto en nuestro propio domicilio, partimos con desventaja en la consecución de esos propósitos.
Por tanto, hay que tomarse en serio todo lo que tenga que ver con la vivienda. Debemos tener claras cuáles son nuestras necesidades y qué queremos para el futuro. Hay que hacernos preguntas como: ¿vamos a tener hijos o hijas en el futuro? ¿Nos podemos apañar para ir al trabajo si nos vamos a vivir a las afueras de nuestra ciudad? De las respuestas a esas preguntas va a depender el tipo de vivienda en la que vayamos a residir de cara a los años que nos quedan de vida. Imaginaos si es importante acertar con este tipo de decisiones.
Esas fueron algunas de las cuestiones que se encontraban en mi cabeza cuando mi pareja y yo tomamos la decisión de cambiarnos de vivienda. Hasta entonces, residíamos en un pequeño piso del centro de nuestra ciudad. Tengo que decir que éramos bastante felices porque teníamos nuestro nido de amor, el trabajo nos pillaba relativamente cerca y, aunque de espacio íbamos un poco limitados, la verdad es que estábamos contentos. Pero mi pareja se quedó embarazada y, desde ese momento, supimos que debíamos empezar a pensar en otra cosa. Eso fue lo que empezamos a hacer de inmediato.
Ni que decir tiene que teníamos claro que era el momento de apostar por una vivienda unifamiliar, más grande y más cómoda que el piso en el que nos encontrábamos. También teníamos claro que queríamos una vivienda que contara con un diseño de interiores moderno puesto que era en esta vivienda donde queríamos quedarnos para el resto de nuestras vidas. Además, un espacio así nos iba a proporcionar todo lo que necesitábamos para conseguir una educación y un desarrollo físico perfecto para nuestro hijo.
Cuando tomamos la decisión definitiva de cambiar de vivienda y tuvimos claro el tipo de vivienda que queríamos, nos pusimos manos a la obra para hacerla posible. Tuvimos varias reuniones con varias constructoras para ver lo que nos ofrecían. Cuando vimos la página web de Reformas Garre tomamos la decisión puesto que vimos que no solo se encargaban de la construcción de la vivienda sino que también contaban con un equipo de interioristas, algo que a nosotros siempre nos ha dado la sensación de que puede potenciar nuestra experiencia dentro de la vivienda.
Durante los primeros meses de vida de nuestro peque todavía tuvimos que vivir en el piso porque, como es lógico, una vivienda no se levanta de la noche a la mañana. Pero, cuando llegó el momento de hacer el cambio, la verdad es que notamos la diferencia de una manera bastante grande. Nuestro hijo tuvo la posibilidad de crecer en un espacio amplio y en el que no se tenía que ver agobiado por el hecho de encontrarse en habitaciones pequeñas. Además, y aunque nosotros nos alejamos del ocio del centro y teníamos la oficina un poco más lejos, nos podíamos apañar sin ningún tipo de problema.
Lo cierto es que la tranquilidad ha copado nuestras vidas desde el momento en el que pasamos a vivir en esa nueva ubicación. El barrio es tranquilo, hay otras familias con hijos en la zona y muchos parques y jardines. Así que estamos más felices que en ningún otro momento de nuestras vidas. Y es que, estando felices con la vivienda en la que estamos residiendo, es mucho más fácil que encontremos la felicidad más absoluta. De hecho, estamos pensando en la posibilidad de ampliar todavía más la familia. Podemos hacerlo porque ofrecemos a nuestra familia un entorno idóneo para crecer. En caso de que hubiéramos seguido viviendo en el piso, hubiera sido totalmente imposible haber pensado en esto.
Estamos seguros de que el futuro que nos aguarda es de lo más ilusionante. Y todo nace de la pieza angular que os hemos dicho que es la vivienda, que es lo que determina las posibilidades que tenemos de ser felices. Como es lógico y como seguramente que estáis pensando, hay otra serie de cosas que son importantes y en las que hay que trabajar para construir esa felicidad de la que os hablamos, pero no cabe la menor duda de que la vivienda es de esas cosas que merecen ser consideradas como prioritarias.
Hay mucha gente que está interesada en algún cambio como el que os he contado en los párrafos anteriores. No es de extrañar, porque el aumento de la calidad de vida es más que considerable. Es evidente que la modernidad que engloban las nuevas viviendas no tiene nada que ver con algunos de los edificios que se encuentran en el centro de los municipios y las ciudades de nuestro país, que por regla general se están quedando bastante anticuados y que necesitan una rehabilitación más pronto que tarde.
Como es lógico, el hecho de saber que, además de estar en una vivienda nueva y más cómoda, estamos viviendo en un lugar que cuenta con materiales nuevos y que no va a necesitar rehabilitación hasta dentro de algunas décadas, nos deja una tranquilidad increíble. Y es que no cabe la menor duda de que una inversión como es la de una vivienda debe ser realizada para que se cumplan todos los sueños en materia de habitabilidad que hayamos tenido en algún momento de nuestra vida. No es para menos.
Que la construcción española tenga buena salud es sinónimo de que la gente quiere una vivienda de calidad
Los datos que nos está dejando el sector de la construcción son de lo más positivos y eso nos hace felices después de que el sector viviera unos momentos bastante oscuros durante la crisis económica que tuvo lugar desde el año 2007 hasta el 2015.
De acuerdo con una noticia publicada en la página web de Alimarket, el sector de la construcción en España iba a crecer en un 4% a lo largo del año 2023. Es verdad que la obra civil iba a tener un peso importante en esa mejora, pero lo cierto es que sería inviable hablar de un crecimiento en el sector de la construcción sin que este se produjera al margen de lo que estuviera ocurriendo con el mercado de la vivienda. Son muchas las familias que viven en España y que han optado por un cambio de vivienda en los últimos años, lo cual ha permitido que el negocio en la construcción continúe encontrándose encima de unos cimientos sólidos, unos cimientos que de verdad muestran que esta actividad goza de la salud que siempre hemos querido que tenga en el interior de nuestras fronteras.
Y claro, otro de los datos que ponen de manifiesto esa solidez de la que hablamos tiene que ver con el número de personas que se emplean en el sector. Según Alimarket, en el año 2022 creció ese número en un 3%, lo cual viene a decir que las empresas tienen trabajo y necesitan mano de obra. Además, y no sobra comentarlo, hay que decir que la ocupación femenina dentro de este sector, que ha sido ocupado mayoritariamente por hombres a lo largo de su historia, creció en ese 2022 en un 14%, una cifra bastante interesante. Se trata de una cuestión a tener en cuenta y que muestra que el sector no solo crece, sino que ha modernizado su manera de ser.
Lo más importante de todo, a mi juicio, es que la mayoría de la gente se encuentra contenta con el trabajo que se viene implementando desde la construcción de nuestro país, porque se están creando viviendas de calidad y porque, en otro orden de cosas, las rehabilitaciones que se acometen en edificios también están cumpliendo con los deseos de la gente, especialmente en lo que tiene que ver con la comodidad y con la eficiencia energética, que es otro de los asuntos que debemos tener en consideración de una manera permanente.
Estoy seguro de que los pasos que se han ido dando en esos dos sentidos van a permitir que una actividad como esta, que tan importante ha sido para nuestro país y su economía, siga estando entre las que más aportan a nuestro PIB. Y el hecho de que la gente esté contenta con esta actividad tiene una influencia directa sobre la calidad de vida de la gente, en tanto en cuanto la calidad de su vivienda es un buen termómetro de ello. Y es que no sería posible ser felices y vivir bien en una casa o piso que no es de nuestro agrado.
