Contar con saunas en los hoteles es una decisión estratégica que aporta una serie de ventajas tanto para el bienestar de los huéspedes como para el éxito comercial del establecimiento.
En primer lugar, las saunas ofrecen un ambiente de relajación y bienestar inigualable. Proporcionan a los huéspedes la oportunidad de liberar el estrés y mejorar su estado de ánimo, lo que es especialmente valioso después de un día agotador de viaje o turismo.
Además, las saunas tienen beneficios para la salud a largo plazo. Ayudan a eliminar toxinas del cuerpo a través de la transpiración, mejoran la circulación sanguínea, alivian dolores musculares y articulares, y contribuyen a una piel más saludable. Esto contribuye a que los huéspedes se sientan revitalizados y rejuvenecidos.
Desde el punto de vista del negocio, contar con saunas puede ser un factor diferenciador clave en un mercado hotelero altamente competitivo. Los huéspedes buscan experiencias únicas y aprecian los servicios adicionales que ofrecen los hoteles. La presencia de una sauna puede influir significativamente en la elección de un hotel por parte de los viajeros.
Asimismo, los hoteles que ofrecen saunas suelen experimentar una mayor retención de clientes. Aquellos que han disfrutado de una experiencia positiva con las instalaciones de bienestar, como las saunas, son más propensos a volver en futuras estancias y a recomendar el hotel a amigos y familiares.
Los viajeros de negocios también encuentran atractivas las saunas en los hoteles. Después de un día lleno de reuniones y trabajo, una sauna proporciona un lugar ideal para relajarse y despejar la mente. En este sentido, tal y como nos indican los expertos en la instalación de saunas de Saunas Luxe, los hoteles que atienden a este segmento de mercado pueden aumentar su ocupación al ofrecer estas instalaciones.
La presencia de saunas puede motivar a los huéspedes a prolongar su estancia. Cuando se sienten mimados y atendidos en un hotel, es más probable que extiendan su visita y gasten más en otros servicios, como restaurantes o tratamientos de spa.
Además, una sauna bien mantenida y de alta calidad puede convertirse en un punto de fidelización para los huéspedes habituales. Aquellos que se sienten a gusto en un hotel gracias a servicios como las saunas son más propensos a convertirse en clientes leales.
En un contexto donde la salud y el bienestar personal son cada vez más valorados, ofrecer saunas demuestra el compromiso de un hotel con el bienestar de sus huéspedes. Esto no solo mejora la imagen de marca, sino que también puede contribuir a una mayor reputación en línea, lo que a su vez puede atraer a más clientes.
Aunque la inversión inicial en la construcción y mantenimiento de una sauna puede ser significativa, a largo plazo puede resultar rentable. Las saunas atraen a más clientes y pueden generar ingresos adicionales a través de tarifas de acceso o paquetes de bienestar.
¿Qué tipos de saunas existen?
Existen varios tipos de saunas, cada uno con sus propias características y beneficios. Así, entre otras, algunos de los tipos más comunes de saunas son:
- Sauna finlandesa tradicional: también conocida como sauna seca o sauna de calor seco, es el tipo más común de sauna. Se calienta a temperaturas relativamente altas (entre 70°C y 100°C) y tiene niveles bajos de humedad (alrededor del 10-20%). Los usuarios suelen sentarse en bancos de madera y disfrutan del calor seco. Esta sauna es conocida por su capacidad para relajar los músculos y aliviar el estrés.
- Sauna de vapor o sauna de vapor húmedo: en este tipo de sauna, la temperatura suele ser más baja que en la sauna finlandesa, generalmente entre 43°C y 65°C. Sin embargo, la humedad es mucho más alta, alrededor del 100%. El calor húmedo es beneficioso para abrir los poros de la piel y promover la sudoración, lo que ayuda en la eliminación de toxinas.
- Sauna de infrarrojos: las saunas de infrarrojos utilizan radiación infrarroja para calentar el cuerpo directamente en lugar del aire circundante. Esto permite que los usuarios experimenten temperaturas más bajas en comparación con las saunas tradicionales, generalmente entre 40°C y 60°C. Se cree que esta tecnología puede ayudar en la relajación muscular, alivio del dolor y mejora de la circulación sanguínea.
- Sauna de inmersión o sauna de barril: estas saunas son a menudo portátiles y tienen forma de barril. Se calientan a temperaturas similares a las saunas finlandesas tradicionales, pero son más pequeñas y acogedoras. Son populares en algunas zonas rurales y se utilizan para crear una experiencia de sauna al aire libre
- Sauna de infrarrojos lejanos: similar a las saunas de infrarrojos, estas utilizan radiación infrarroja lejana para penetrar más profundamente en los tejidos corporales. Se cree que esto proporciona beneficios adicionales, como la desintoxicación a nivel celular y la mejora del sistema inmunológico.