Cerca del año, el bebé puede empezar a caminar, los pediatras explican que los factores como la nutrición y la estimulación son claves para que el pequeño dé sus primeros pasos. “Si hablamos de un niño sano, bien alimentado, vemos que es imprescindible estimularlo. La estimulación, además, debe ser oportuna y correcta”, aconseja Carlos Daniel Alico, médico pediatra y neonatólogo del Colegio de Médicos de Santa Fe.
«La marcha representa un episodio madurativo muy importante para el niño y también un mayor compromiso para los adultos. Debemos ayudarlo para que madure sus destrezas pero, sobre todo, cuidarlo, protegerlo y darle confianza», añade el pediatra. Si tu bebé está a punto de empezar a andar es necesario que le compres un par de zapatos, pero debes elegir un calzado adecuado para que tu pequeño no sufra deformaciones en los pies o en el aparato locomotor.
Es aconsejable un calzado que les sujete adecuadamente el pie, para que vayan cómodos. Para el verano opta por los modelos hechos de lona para que no les caliente demasiado el pie. En este artículo te explicamos algunas recomendaciones para elegir el calzado perfecto.
El zapato no debe apretar
Muchas madres creen que el niño debe tener el tobillo bien atado para que pueda caminar mejor, pero no es así. La articulación del tobillo debe quedar libre, pero es aconsejable que la parte trasera del zapato, es decir, la que va pegada al talón, aporte sujeción.
La suela debe ser flexible
Los profesionales de elensabebé, expertos en ropa infantil, aconsejan que la suela debe ser flexible y de goma antideslizante. Es muy importante que la parte delantera pueda doblarse con las manos con facilidad, para que el pie pueda madurar.
La puntera tiene que ser redondeada
Tienes que tener en cuenta que los dedos deber tener espacio para poder moverse con libertad, por lo que debe quedar al menos un centímetro entre la punta de los dedos y el extremo del calzado. El tamaño del pie aumenta una talla cada dos meses, es necesario un calzado con la puntera ancha y redondeada. Aunque tampoco debes comprar un zapato que le vaya demasiado grande, porque puede ser perjudicial.
Materiales naturales
La mejor opción son los zapatos confeccionados con materiales naturales como el cuero o piel. Es muy importante que sea fácil de poner y quitar, así que es aconsejable que lleve velcro.
Evita calzados que no van bien sujetos al pie
Evita los zuecos, chanclas u otros calzados que no van bien sujetos al pie, porqué obligan un trabajo extra de “agarre” por parte de los dedos.
Evita las costuras
Es muy importante fijarse en el forro del zapato para que no tenga costuras, ya que el pequeño tendrá ampollas y rozaduras.
Cuidado con los tintes tóxicos
Comprueba que el calzado no tenga tintes tóxicos porque puede resultar perjudicial si entra en contacto con la boca del bebé.
Olvídate de los zapatos usados
El Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (Icopcv) explica que poner a los niños zapatos ya usados por otros puede causar deformidades en los pies. “Aunque unos zapatos parezcan nuevos, si han sido utilizados con frecuencia, se habrán adaptado a los pies de ese niño, por lo que si pasa a usarlos otro podría alterar el desarrollo normal de su pie”.
Consejos para elegir la talla
Es muy importante saber qué talla le corresponde, tienes que tener en cuenta que entre el dedo que más sobresale de los pies y el final del calzado debe haber entre 0,8 y 1,2 cm. Para medir la talla los pediatras aconsejan colocar al niño de pie y tomar la medida desde el talón hasta los dedos, porque si tomas la medida en el aire, siempre va a ser menor. Para saber si el zapato es el adecuado lo mejor es sacar la plantilla y medirla. Otra opción es poner el zapato al niño y estando de pie comprobar que no le queda muy grande ni muy pequeño.
Los pies de los niños crecen muy rápido, cada pocos meses es muy importante comprobar que el calzado no se haya quedado pequeño. Es aconsejable que el podólogo haga una revisión del pie, porque conoce bien cómo son los pies de los niños y cómo se desarrollan durante la infancia. Este especialista evaluará si todo está en orden. Además, el pequeño debe acudir al podólogo si notas asimetrías entre los dos pies, dolor en los pies al caminar o cuando más allá de los 4 años el niño meta mucho los pies o los tenga rotados muy para afuera.