España es un país que se ha transformado por completo durante las últimas décadas. Lo hemos hecho desde varios puntos de vista. El primero tiene relación con la política y tiene que ver con esa transformación que se ha ido desarrollando para pasar desde un sistema totalitario a otro que ha apostado por la democracia y que tiene una mayor cantidad de libertades. Por otro lado, España es un país que se ha transformado desde el punto de vista físico. Ahora, nuestras ciudades han crecido y tenemos una mayor cantidad de servicios. Uno de ellos es el que está relacionado con los aeropuertos.
Levantar un aeropuerto no es una labor en absoluto sencilla, pero en España se ha visto facilitada por el hecho de que disponemos de numerosas empresas que pertenecen a la industria de la construcción. Eso nos ha permitido abaratar costes en la construcción de este tipo de instalaciones y también disponer de la experiencia suficiente como para que los tiempos de ejecución de estos trabajos no sean en absoluto elevados. Como consecuencia, muchas de las ciudades de este país han contado con un aeropuerto. Más grande o más pequeño, claro, pero un aeropuerto a fin de cuentas.
En más de una ocasión hemos dicho que, cuanta mejor salud tenga la industria de la construcción en España, mejor le podrá ir a otras industrias del territorio nacional. Y uno de los mejores ejemplos lo pone la relación entre esa industria de la construcción y los aeropuertos. A principios de este siglo, la gran popularidad de la construcción española permitió que muchas ciudades decidieran levantar aeropuertos, lo que generó un aumento no solo de los beneficios de esas constructoras, sino también de los puestos de trabajo que se generan en instalaciones como de las que estamos hablando. Desde Facilities Airport, organizadores de estos cursos de seguridad aeroportuaria, nos han indicado más de una vez que, cada vez que se realiza una obra de construcción o rehabilitación de un aeropuerto, el número de personas que se requieren para labores de seguridad aeroportuaria en ese aeropuerto crece.
Si echáis un vistazo al estudio que os vamos a mencionar a continuación y que pertenece al portal web Statista, podréis ver cuál fue el número de empleados de la industria del transporte aéreo desde el año 2008 hasta el 2019, que se ha mantenido a lo largo de este periodo entre las 28.000 y las 37.000 personas. Hablamos de personas que son especialistas en algo relacionado con los aviones: pilotos, azafatas, mecánicos… No tenemos en cuenta a toda la gente que trabaja en un aeropuerto (tiendas, seguridad…). De esas personas hablamos a continuación.
Y es que, si contabilizáramos a toda esa gente, la cifra sería espectacular. Solo en el aeropuerto de Barajas trabajan unas 30.000 personas. Si no se hubieran levantado unas instalaciones como las que se construyeron en su día, sería imposible que ese aeropuerto pudiera dar cabida a tanta cantidad de empleados y empleadas de diferentes empresas. Por eso decimos que, cuanto mejor funcione la industria de la construcción, mejor funcionarán otros negocios y sectores que dependan al menos en parte de ella.
Barajas y El Prat siguen siendo los líderes indiscutibles
Estos dos aeropuertos son imbatibles en lo que tiene que ver con el número de pasajeros que pasan por ellos cada año y, por tanto, también lo son en lo que respecta a la cantidad de personas que trabajan dentro de sus instalaciones. Es algo que todo el mundo da por hecho puesto que son los aeropuertos más grandes de Madrid y Barcelona, respectivamente, y son estas las ciudades que reciben una mayor cantidad de visitas por diferentes motivos.
Según un estudio que también hemos recogido de Statista, Barajas fue el líder en el año 2021 en lo que respecta al número de pasajeros, sumando un total de 21 millones de personas. El Prat ocupó una más que digna segunda posición con 18’9 millones. Los demás aeropuertos, al menos de momento, son incapaces de hacerle frente a estos dos pero juegan un papel muy importante en lo que tiene que ver con la descentralización de los vuelos. Si es posible que haya aeropuertos en los que Barajas y El Prat se puedan apoyar, será mejor para evitar retrasos y colapsos en los viajes. Todo el mundo ganaría en comodidad.
Lo que está claro es que hay que seguir apostando por instalaciones como lo son los aeropuertos. La comunicación con los países de nuestro entorno y con largas distancias se vería reforzada, lo cual es un beneficio teniendo en cuenta la sociedad en la que nos encontramos, que destaca por la globalización. Sin duda, hablamos de una de las construcciones que mejor caracterizan a la sociedad moderna y que debe seguir formando parte de nuestras ciudades para garantizar que el bienestar y la calidad de vida sigan estando de nuestro lado.