Un español de a pie pasa la mitad de cada día, como mínimo, en su casa. Teniendo en cuenta que dormimos entre siete y ocho horas y que también hacemos vida en el hogar antes de dormir y después de salir de trabajar, podemos sumar fácilmente esas doce horas en el hogar de las que hablamos. Por ende, está claro que debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para hacer que la vida en el hogar sea lo más cómoda posible. ¿Os imagináis estar doce horas al día en un sitio en el que no estamos bien? Tendríamos un problema de una gravedad bastante grande.
Como es lógico, son varios los factores que podemos tocar para intentar mejorar la vida en el hogar. Asuntos como la decoración o la distribución del espacio tienen un papel bastante importante en lo que tiene que ver con esa garantía de comodidad en el hogar y conocer diferentes técnicas a la hora de «jugar» con ellos es una de las cosas que siempre son interesantes a la hora de ganar en calidad de vida. No podemos pasar de estas cosas porque su influencia a lo largo del día a día es mucho más grande de lo que pensamos.
Tradicionalmente, los españoles hemos tenido problemas con nuestra vivienda, especialmente si hemos vivido en una gran ciudad. Los pisos en estos espacios no son, por lo general, demasiado grandes, lo que ha hecho que, en general, hayamos vivido más agobiados que en otros países donde se prioriza mucho más vivir en una casa como tal. Es evidente que, además de aspectos como la decoración o distribución interior, el espacio es un aspecto de primera línea a la hora de valorar un hogar. No nos extraña que sea uno de los factores que a la gente le parezca más importante.
En una noticia que fue publicada en la página web del diario El Mundo en el año 2015, se comentaba que los españoles y españolas más felices viven en casas de gran tamaño y de alquiler. Se trata de un dato que es sumamente clave puesto que viene a refrendar lo que estábamos diciendo con anterioridad al respecto de la relevancia que tiene el espacio para la calidad de la vida en el hogar. Y es que es mucho más fácil vivir con tranquilidad si lo hacemos en doscientos metros cuadrados a lo hacemos en cincuenta.
¿Hemos ganado los españoles en felicidad en los últimos años? Según lo que apuntaba el portal web Idealista en el mes de agosto de este año, los españoles y españolas son más felices a día de hoy en su casa que hace un año. Esto es sinónimo de que nos vamos dando cuenta de la relevancia que tiene cualquier aspecto que influya en la decoración o el bienestar en nuestro domicilio y encontramos la manera de potenciarlo. Sin duda, eso es clave para que tanto nosotros como las personas que viven a nuestro lado seamos felices y podamos disfrutar de todas esas horas que pasamos en el hogar.
Cualquier mínimo detalle relacionado con nuestro hogar nos puede proporcionar un plus de comodidad. En un país como el nuestro, por poner un ejemplo, los toldos y las persianas son imprescindibles para evitar que la luz solar nos haga incómoda nuestra estancia en el hogar, especialmente durante los meses de verano. Los y las profesionales de Rolltec, expertos en toldos en Alicante, nos han indicado que en los meses previos a este verano se ha multiplicado la demanda de este tipo de productos y, por ende, su fabricación.
La pandemia ha influido a la hora de apostar por nuestro hogar
El hecho de haber padecido una pandemia que nos ha retenido mucho tiempo en casa ha hecho que mucha gente se conciencie al respecto de todo lo que hace falta para disponer de una buena calidad de vida en el hogar. Y está claro que, entre otras cosas, los toldos y persianas han sido considerados básicos para cumplir con ese cometido. Hay que recordar que la parte más dura de la pandemia, el confinamiento producido de marzo a junio de 2020, era un momento en el que las horas de sol fueron creciendo, con los inconvenientes que eso puede llegar a ocasionar en el hogar si no se cuenta con la debida protección ante ellos.
La pandemia ha tenido el aspecto positivo de concienciar a la gente al respecto de lo que es realmente necesario para cuidar de su hogar y prepararlo para satisfacer las necesidades de quienes lo habitan. Podemos decir, casi sin miedo a equivocarnos, que en España se ha cumplido con ese objetivo en una mayoría de casos. Y nos alegramos profundamente de que así haya sido.