Seguro que te ha pasado: pides una tostada para desayunar, y tanto el aceite como la sal vienen en envases pequeñas de un solo uso; eliges comer una ensalada, y tanto el vinagre como el aceite para aliñarla vienen en envases pequeños con la cantidad justa y necesaria para la ensalada. Ni rastro queda de aquellas aceiteras grandes y de los saleros con sus granos de arroz en los que te podías echar todo lo que quisieras. ¿Y esto desde cuándo es así?, te preguntarás. Y es que a pesar de que ya lleva unos años con nosotros, todavía hay mucho despiste con este tema, incluso entre los propios hosteleros. De ahí que todavía se encuentren estas aceiteras, aunque es verdad que ya quedan en muy pocos lugares.
Como comentábamos, esta regulación entró en vigor el 1 de enero de 2014, con el Real Decreto 895/2013 que la regulaba. En este documento no se estableció como tal la obligatoriedad del uso de los envases monodosis, sino que se prohibió que el sector de la hostelería usase envases rellenables para el aceite, el vinagre y la sal. Para ponerle solución a esta prohibición, se planteó que en lugar de los envases que ya existían, se sustituyeran por envases que no pudiesen ser rellenados, momento en el que surgió la solución: los envases monodosis aportaban todo lo necesario para cumplir con la ley. El tiempo para implementarla fue hasta el 28 de febrero de 2014 y, a partir de ese momento, fue obligatorio el uso de alternativas a los envases tradicionales.
Uno de los aspectos positivos de esta ley es que los envases monodosis garantizan la calidad, como explican desde Envasados Producto Salud, ya que la producción de esos envases cumple las normas de producción, calidad e higiene. Además, otro aspecto positivo es que los envases muestran la marca del fabricante de manera que es posible conocer la calidad del producto, en lugar de ver un envase rellenado sin saber la marca a la que pertenece. Y en este sentido surge otra ventaja, y es que en cada envase aparece el nombre del producto (bien sea aceite o bien vinagre), y no da lugar a confusiones como las que se producían en numerosas ocasiones al no saber distinguir el envase del aceite con el del vinagre, o el de la sal con el de la pimienta.
Y seguimos hablando de las ventajas de este tipo de envase, ya que las empresas se encuentran con que estas botellas son personalizables de manera que le pueden conferir al producto un estilo propio que incluso se asemeje al que aparece en las botellas de cristal grandes. Además, estas botellitas están elaboradas con plástico PET, lo cual siempre es una gran ventaja, así como una gran opción para el cuidado del medio ambiente.
Otros aspectos positivos de este tipo de envase son:
– Cuentan con una gran relación calidad-precio.
– La personalización de la imagen permite que el cliente final identifique rápidamente la marca.
– Es un producto con una gran rotación, ya que es de rápido consumo.
– Estos formatos cumplen con los estándares de calidad más exigentes.
Las ventajas del plástico PET
El plástico PET, o polietileno tereftalato-poliéster, es un polímero plástico que se obtiene a partir del etileno y el paraxileno. Este tipo de material también es un lineal, cuenta con una gran transparencia y dureza y además es muy resistente tanto al desgaste y a los productos químicos, como al impacto, a la rotura y al fuego. Pero la gran ventaja de este material es que es totalmente reciclable y respetuoso con el medio ambiente, genera poco humo no tóxico y tampoco emite sustancias tóxicas que contaminen los vertederos.
En cuanto a los tipos de plástico PET según su uso, podemos distinguir tres: el textil, el de botella y el film. En el ámbito textil, este material es el más usado en la industria y se empezó a utilizar con el fin de que reemplazara a fibras naturales como el algodón o el lino. En cuanto a su eso en la fabricación de botellas, cabe destacar que es idóneo porque se trata de un material que puede estar en contacto con bebidas y alimentos sin peligro de toxicidad y además ayuda a conservar el aroma y sabor de los mismos. Y en lo que respecta al film, su uso es muy habitual, aunque totalmente desconocido: está presente en las radiografías de rayos X y en las películas fotográficas de vídeo o de audio.