Durante los últimos meses hemos asistido a una transformación de los conceptos que tiene mucha gente acerca de nuestra sociedad. Nos hemos dado cuenta de lo importantes que son algunas actividades desempeñadas por un buen número de seres humanos, actividades como las que están relacionadas con la sanidad o la alimentación. Y es que no es para menos. De no haber sido por estas dos cuestiones, el confinamiento hubiese sido mucho más peligroso y cruel para nosotros. Y creemos que todos y todas coincidimos al echar la vista hacia atrás y pensar en ello.
En los párrafos qu siguen, os vamos a hablar acerca de la alimentación y, más concretamente, de todo lo que engloba a la industria de uno de los alimentos más básicos de cualquier gastronomía que se precie: el tomate frito. Son pocas las personas que no suelan tomarlo. Y es que este tipo de alimento es el complemento perfecto para terminar de adecentar un buen menú. No nos extraña que a niños, adultos y ancianos les encante cualquier tipo de comida que esté «bañada»en tomate frito. Es que no es para menos y todos lo sabemos.
El tomate es, sin ninguna duda, uno de los productos más universales que conocemos. Una noticia que fue publicada en la página web Horto Info aseguraba que la producción mundial de tomate había alcanzado un récord histórico en el año 2016 al haberse producido 177.000 millones de kilos de este producto. Y es que no cabe la menor duda de que este dato habla muy bien y resulta muy positivo para las empresas que están dedicadas al cultivo o venta de este producto, que no son pocas. En España, desde luego, este dto permite que la industria alimentaria y agrícola mantenga su potencia.
Todo esto se complementa con el hecho de que la superficie de tomate se va a mantener estable en muchos de los países en los que se produce este tipo de alimento. Es lo que dice una noticia que fue publicada en el portal web Agrodigital acerca de naciones como lo son España, Bélgica y Holanda, que son bastante potentes en lo que tiene que ver con este asunto y que, en efecto, van a seguir viendo cómo sus campos recolectan miles de kilos de un producto que es tan básico para sus poblaciones. Desde luego, no cabe la menor duda de que un producto como este también es básico para la salud del sector primario de estos países.
La industria alimentaria es una de las más importantes de una economía. Y no solo lo es por el hecho del dinero que proporciona a las empresas que trabajan para ella, sino porque toca uno de los palos elementales para garantizar la vida digna de la gente: el tener algo para comer. Precisamente por este motivo hemos hablado con los profesionales de una entidad como lo es Hida, especializada en lo que tiene que ver con el tomate casero. Estos trabajadores nos han comentado que, en los últimos meses, la industria ha redoblado sus esfuerzos en pos de conseguir abastecer de estos productos a toda la población dada la necesidad de confinarse y llenar la nevera y la despensa.
Una industria con mucho futuro
Los expertos en la materia están de acuerdo al afirmar que la industria de la que venimos hablando tiene un gran futuro. Y lo tiene por una serie muy amplia de razones. Y es que, como hemos comentado en los párrafos anteriores, son muchas las comidas, los platos y los alimentos que ganan mucha potencia si son mezclados con tomate frito. La verdad es que hay pocos productos que tengan esa capacidad de aderezar estas comidas como el tomate.
La verdad es que, en España, es evidente que necesitamos productos como estos. No es para menos. No solo somos una de las naciones que más tomates recoge de todo el mundo y más kilos de tomate frito lanza al mercado, sino que, además, también somos una de las poblaciones que más consume este tipo de alimentos. Desde luego, desde que somos bien pequeños solemos consumir estos productos y familiarizarnos con ellos. No cabe la menor duda de que es precisamente por ello por lo que seguimos haciendo uso de ellos a lo largo de nuestra vida.
La industria alimentaria española mueve una gran cantidad de dinero cada año y el tomate frito es uno de sus máximos exponentes. Se trata de un producto básico para las familias ya no solo porque es útil para un buen montón de menús, sino porque, además, es realmente barato y está al servicio de personas de todo tipo, incluso de las de un poder adquisitivo más bajo. Y eso es realmente clave para que un alimento funcione realmente bien en el mercado. Quien tiene relación con la venta de estos productos sabe muy bien de lo que estamos hablando.