Cuando nos planteamos que debemos llevar a cabo obras de reforma en nuestra vivienda, sean estos cambios del tamaño que sean, es habitual que se incluya en el presupuesto la necesidad de cambiar las ventanas, los motivos pueden ser varios, desde los puramente estéticos a los de ahorro de energía, puesto que la vivienda no es de obra nueva y tiene filtraciones de aire o fugas de calor, lo que implica, un menor aislamiento térmico de la vivienda y por tanto, un aumento en el consumo de la calefacción, por no hablar de los ruidos que puedan provenir del exterior.
Aluminios Villafontana es una empresa fundada en el año 1986 que tiene a sus espaldas una dilatada experiencia, lo que les permite orientar, asesorar y proponer las soluciones más adecuadas a las expectativas de sus clientes y ayudarles a tomar la mejor decisión posible a la hora de realizar una instalación de todo tipo de ventanas, puertas y cerramientos de aluminio, toldos y persianas pues disponen de un equipo profesional serio y cualificado con mucha experiencia para ofrecer el mejor servicio, a la vez que disponen de una extensa y amplia gama de productos de las mejores calidades, lo que les permite realizar trabajos de excelente calidad para garantizar la satisfacción de sus clientes.
Cuando nos disponemos a realizar alguna instalación de este tipo, debemos de conocer e informarnos de que en el mercado existe una amplia gama de perfilerías de aluminio en los más diversos colores para todo tipo de ventanas, contraventanas, puertas, cerramientos de terrazas, porches, etc. Algunos de estos incluyen rotura de puente térmico que nos aísla más y mejor de las temperaturas exteriores, con el consiguiente ahorro de calefacción en invierno y aire acondicionado en verano, lo que, unido a un buen acristalamiento, que nos proteja del frío y potencie el aislamiento acústico.
Actualmente, las ciudades o las zonas industriales, son las grandes generadoras del ruido o lo que se denomina contaminación acústica, el ruido de los coches, los sonidos del claxon, las obras, la maquinaria industrial, cercanía a aeropuertos, a las vías por donde discurre el tren, los bares, las fiestas…, suelen elevar los niveles del ruido a unos límites que rozan constantemente el nivel máximo marcado por la Organización Mundial de la Salud, que establece en 65 decibelios el margen ese ruido máximo que toleran nuestros oídos.
Esta contaminación acústica, también denominada estrés auditivo, causa problemas en nuestra salud auditiva, como, por ejemplo:
– Una exposición prolongada a cualquier ruido por encima del límite que fija la OMS puede derivar en enfermedades del oído, como la hipoacusia, que es la disminución paulatina de la audición, en estos casos la persona presenta una audición baja, en la que no puede percibir sonidos menores a 20 decibelios, es decir no pueden escuchar ni un susurro.
– Presbiacusia o la pérdida progresiva de la capacidad para oír altas frecuencias, debido al deterioro producido en el sistema auditivo.
– También pueden sufrir un trauma acústico, que se denomina Tinnitus, que se caracteriza por la percepción de zumbidos o golpes constantes en el oído que no proceden de ninguna fuente externa, pudiendo ocasionar en algunos casos problemas psicológicos.
Otros problemas de salud ocasionados por el ruido son: modificaciones sobre el sueño, insomnio, estrés, ansiedad, problemas cardiovasculares, problemas de aprendizaje en los niños, alteraciones en el rendimiento del trabajo, alteraciones en el comportamiento, trastornos de voz, malestar general…
¿Cómo se puede prevenir la pérdida de audición provocada por una mala aislación?
La pérdida de audición ocasionada por el ruido se puede prevenir con medidas como:
– Utilización de tapones para los oídos o protectores que se introducen en el canal auditivo para bloquear la entrada del ruido.
– Orejeras o cascos que cubren las orejas y que se adaptan a la cabeza mediante unas almohadillas blandas, están especialmente diseñados para algunas actividades profesionales.
– Saber discernir cuáles son los ruidos que provocan daño en el sistema auditivo, como los que superan los 85 decibelios, por ejemplo, estar dentro de una discoteca, una taladradora o un concierto de música, que pueden llegar a superar los 100 decibelios.
– Instalación de ventanas en las viviendas y oficinas con doble acristalamiento combinado con un vidrio de aislamiento acústico como las que os hemos mencionado anteriormente.