El mejor de los regalos que nos pueden hacer a cualquier ser humano tiene que ver con el cuidado del medioambiente, que a fin de cuentas es lo que protege a nuestra casa, la Tierra, de la destrucción que poco a poco la acción humana va cometiendo con el paso de cada década. Es necesario que todos y todas vayamos adquiriendo una determinada conciencia al respecto de un asunto como del que estamos hablando porque es el que va a condicionar la calidad de vida de la que vamos a disponer en el presente y en el futuro. Debemos tener una especial sensibilidad con este tema porque, desde luego, es elemental para conservar la vida humana tal y como la conocemos.
Las instituciones públicas tienen que realizar un conjunto de políticas que vayan destinadas a cuidar en la medida de lo posible del entorno. Eso es en lo que se viene trabajando desde hace algunos años. En el interior de nuestras fronteras, llevamos tiempo trabajando en un asunto como lo es el de las energías renovables, que tienen todavía mucho recorrido en España. Además, hemos empezado a reducir la dependencia que tenemos de los combustibles fósiles y hemos comenzado a apostar por vehículos híbridos y eléctricos. Por si fuera poco, estamos eliminando los plásticos de un solo uso y, además, somos cada vez más firmes en lo que tiene que ver con aspectos como el reciclaje.
Todo esto ha permitido que la sociedad española empiece a darse cuenta de lo importante que es el cuidado de nuestro entorno. Tanto las personas, como las empresas y las instituciones públicas se han propuesto mejorar en este sentido y la verdad es que, poco a poco, vamos intentando cambiar las cosas. Está claro que los progresos dentro de este campo tienen mucho que ver con la colaboración entre las tres esferas que hemos comentado. De no ser así, lo que avanzamos en una lo vamos perdiendo por inacción de la otra. Está claro que, actuando en diferentes ámbitos, las posibilidades de éxito son mucho mayores que si cada cual hace la guerra por su cuenta.
En un artículo publicado en la página web de El País en junio de 2021 se hablaban de algunas de las cuestiones que tienen que ver con el medioambiente en España. El titular, “¿Qué pasa con el medioambiente en España?”, ya era toda una declaración de intenciones de lo que íbamos a leer, entre otras cosas que los españoles no hemos sido una nación que haya tenido demasiado en consideración el cuidado de su entorno a lo largo de la Historia y que dejaríamos de atizarle a nuestra tierra en cuanto dejara de haber posibilidades para hacerlo. Está claro que algo de razón hay en ello. Pero también es verdad que estamos luchando por cambiar esa realidad.
Una información que fue remitida por el Gobierno de España a través de la página web de La Moncloa aseguraba que nuestro país estaba mejorando en todo lo que tenía que ver con la calidad del aire, la generación de energías renovables y la salud con la que contaban sus bosques. Esa es una enorme noticia que ponía de manifiesto que estamos en el buen camino y que deja claro que, cuando hay voluntad y políticas eficaces, las cosas mejoran en una cantidad de tiempo incluso menor de lo que nos podemos llegar a imaginar. Y esa siempre tiene que ser una gran motivación para seguir trabajando en una cuestión de tanta importancia como lo es esta.
Especialmente importante es cuidar de las materias primas con las que se disponen para proveer un servicio o para constituir un producto. Debemos hacer todo cuanto esté en nuestra mano para evitar la falta de materias primas en nuestro territorio a través de la apuesta por materiales que sean reciclables y en cuya elaboración no se atente contra el medioambiente, que es precisamente lo que ha venido ocurriendo de manera sistemática hasta que hemos sido conducidos a la situación en la que nos encontramos. Hacer de nuestra naturaleza un lugar menos verde no parece la mejor alternativa para construir un mundo que sea bastante más idóneo para la vida humana.
Las empresas e industrias españolas se han puesto las pilas en lo que tiene que ver con el cuidado del medioambiente. En un reciente informe que ha sido elaborado por los y las profesionales de Chiwawap, se ha llegado a la conclusión de que se ha duplicado la cantidad de empresas que utilizan materiales y desechables ecológicos para la elaboración de sus productos, lo cual es una muestra inequívoca de que la industria a este país está aportando un granito de arena que va a ser muy importante para cambiar las cosas en materia medioambiental y que por fin el ser humano empiece a disfrutar de un campo y unas ciudades más verdes y más cuidadas.
Este es el camino que debemos seguir y que nunca debemos abandonar. No abusar de los recursos que nos proporciona el planeta es algo básico para no destruirlo, así que siempre debemos estar al tanto de cuáles son las tendencias en materia de responsabilidad medioambiental de cara a aplicarlas y poder hacer de este planeta un lugar cada vez mejor. Porque está claro que esta actividad, la de cuidar de la Tierra, debe ser algo rutinario, algo que vayamos desarrollando y mejorando día a día. De nada vale que estemos muy implicados hoy y no lo vayamos a estar mañana. La industria española se está encargando de demostrar que su apuesta por el medioambiente no va a ser cosa de un día.
España ahora sí es un ejemplo
Antes decíamos que los españoles habíamos pasado del medioambiente a lo largo de muchas décadas. Nos alegra comprobar que las cosas han empezado a cambiar y que un porcentaje bastante interesante de nuestra población ya muestra interés por todo lo que tiene que ver con las diversas actividades destinadas a mejorar el entorno. Cuando un pensamiento se instala en la conciencia de una sociedad o una comunidad, es mucho más fácil conseguir un objetivo común. Y eso es lo que viene sucediendo tanto en España como en otros lugares del mundo. Es cierto que hay muchas cosas que mejorar, eso es evidente, pero también hay grandes motivos para la esperanza.
España empieza a constituirse como uno de los países europeos que más están haciendo por el cuidado de su entorno. Nuestro país empieza a parecerse cada día más a Alemania, los Países Bajos, Bélgica y las naciones escandinavas, conocidos todos ellos por llevar muchas décadas luchando por evitar la degradación de su entorno. Nos estamos diferenciando cada vez más de países como Estados Unidos o China que, a pesar de haber firmado protocolos para evitar la contaminación, no están haciendo todo lo que deberían para conseguir los objetivos que se marcaban en esos protocolos y convenios que parecen ser papel mojado para ellos. Debemos tener claro en cuál de esos dos bloques de países queremos estar… y parece que los españoles y las españolas sí tenemos una decisión tomada al respecto. Por suerte, es la adecuada.
Ojalá que sigamos por este camino, porque si una cosa tiene que fomentar el orgullo de una nación, es esta. Saber que estamos poniendo todo de nuestra parte para conquistar una mejora en la que ya hemos dicho que es la casa de todos, la Tierra, es lo más digno que podemos llevar a cabo y esperamos que en otros países la sensación sea la misma. Cuanto más orgullo mostremos por un aspecto como este, más participación vamos a tener en cualquier política o acción que vaya destinada a mejorar el planeta en el que vivimos.
Una de las mejores cosas que tenemos en la sociedad actual es que son los jóvenes los que están desempeñando una mayor acción en pos de cuidar de la Tierra. Y eso nos da un margen de mejora que creemos que es interesante. Esta conciencia es la que nos va a permitir seguir diseñando acciones y políticas que vayan destinadas a acabar con una situación que ha puesto al planeta entre la espada y la pared. Es necesario un nuevo escenario, un nuevo marco de actuación que nos haga continuar desarrollando una mejora en el estado de salud de una Tierra que ya ha sufrido bastante y que necesita de la cooperación de todos y todas para, como mínimo, no seguir caminando por el sendero de la mala vida.
Es momento de continuar reflexionando y de proporcionar áreas de actuación que sean efectivas para cumplir con los objetivos que los expertos en salud ambiental consideran más urgentes. Si no es así, estaremos expuestos a un peligro que va a afectarnos de manera directa también a nosotros. No creamos que las consecuencias de un mal como el cambio climático las van a sufrir las generaciones venideras: también es algo que vamos a padecer (y estamos padeciendo) nosotros y nosotras mismas.