Si existe un oficio que es tradicional, de esos de toda la vida, ese es el de panadero. Y es que el pan ha formado parte de nuestras vidas desde años atrás. Y cuando digo, años me refiero a muchos muchos años. Vamos con algún dato histórico para ponernos en contexto. Tomando como fuente a Ceoppan, para conocer los orígenes del pan debemos remontarnos a un pasado remoto, el descubrimiento fue casual, nos situamos en la Época Neolítica, un antepasado del hombre conoce ya las semillas y cereales, y sabe que una vez triturados y mezclados con agua, dan lugar a una papilla. Este hombre olvida la papilla en una especie de olla, al volver encuentra una torta granulada, seca y aplastada, el primer pan acaba de tomar forma.
En España, las primeras leyes que regulaban la panificación en nuestro país aparecen en el siglo XIV. La hermandad de panaderos españoles, que en el siglo XV se transforma en Corporación de Oficio, se mantiene hasta el siglo XIX. En España, especialmente en la zona mediterránea, existen gremios de panaderos desde hace más de 750 años. En el año 1200 consta la existencia escrita del gremio de panaderos de Barcelona.
Así que tela. Desde ese rudimentario primer pan, fruto del azar del hombre, hasta nuestros días, donde la oferta de panes es muy extensa -tenemos más de 315 variedades de pan-, el consumo de este alimento ha pasado por distintas etapas y civilizaciones. Por eso, podemos estar hablando de nuestro primero oficio. Ahora bien, algo tan clásico como hacer pan, ha pasado por muchos cambios. Y es que el pan de antes no es como el de antes. Para bien y para mal.
Solo hay que ir al refranero para darnos cuenta de la importancia que tiene el pan en nuestras vidas. Aunque son solo algunos, porque hay muchos.
Con vino añejo y pan tierno se pasa el invierno.
Bocado de pan, rajilla de queso y de la bota un beso.
Pan de centeno para tu enemigo es bueno.
Pan candeal, pan celestial.
Nuevos tiempos
Y es cierto que hemos vivido unos tiempos en los que el hacer pan ya no era como antes. Esa es la frase que más se escucha, “ya no se hace pan como el de antes”. Ahora bien, esto ha cambiado cuando hay empresas que deciden reinventarse y poner todo lo bueno de lo moderno con la tradición. Y esto lo podemos contemplar en la empresa Rincón del Segura, una panadería artesanal ecológica, de las de todas las vidas, pero que ha sabido amoldarse a los nuevos procesos.
Tienen más de tres décadas de experiencia a sus espaldas elaborando pan, bizcochos y harina, y gracias a eso han conseguido hacerse un nombre dentro del sector y convertirse en la panadería artesanal ecológica de referencia en Internet. Y es que esa es la clave, el saber amoldarse a los nuevos tiempos.
Sus inicios, cultivando y elaborando productos para su propio consumo, les dio la experiencia que requerían para conseguir que la tierra ofreciese sus mejores regalos en una relación armoniosa con la naturaleza y ahora, muchos años después, están compartiendo esos regalos con todos sus clientes a través de su panadería artesanal ecológica online. En ella encontrarás panes, bizcochos, cereales, semillas, legumbres, harinas y mucho más. Productos ecológicos de la mejor calidad que van directos desde sus instalaciones, hornos y almacenes hasta tu cocina. Es el pan de toda la vida, pero con el toque moderno que todos necesitamos.
La producción
Así, con ejemplos se puede saber mejor. Se cultiva la tierra respetando su ciclo natural, sin usar abonos químicos, pesticidas o productos de síntesis. No usan semillas ni organismos manipulados genéticamente. Además cultivan arroz, trigo y centeno siguiendo las normas europeas de la agricultura ecológica bajo la supervisión del Órgano de Control de Castilla la Mancha. Con ello pretenden conseguir unos frutos sanos y equilibrados y a la vez evitar el deterioro del medio ambiente.
Pero la tradición se sigue viendo en otros aspectos. Por ejemplo, disponen de un horno de leña de caldeo indirecto donde tienen por un lado la leña, el fuego y las cenizas y por otro el pan, galletas o bizcochos. El calor se transmite por un sistema de tubos de aceite, que llega a las planchas de material reflectario situadas en todos los niveles del horno. Un pan como el de toda la vida, pero con ese toque moderno tan importante para salir adelante en estos tiempos.