Las horas extras y las jornadas de trabajo muy extensas si tienen efectos contraproducentes para la salud

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Por lo general, cuando le preguntas a un empleado los motivos por los que cambiarían su trabajo, una de las razones que siempre sale a relucir casi de primera es el horario laboral. Y es que según los datos recogidos en el último informe de Infoempleo “el 42,8% de las personas encuestadas señalan el horario como una razón por la que cambiarían su puesto de trabajo actual.”

Así, la duración de las jornadas de trabajo es uno de los grandes debates de la sociedad actual. Las opiniones respecto a esta temática se dividen en tres grupos: los que apoyan la duración actual, los que promueven jornadas más reducidas y los que apuestan por jornadas más largas para lograr aumentar la eficiencia de un negocio.

No obstante, todos los estudios realizados al respecto coinciden en la necesidad de reducir las jornadas de trabajo, no solo como una medida para mejorar la productividad y la eficiencia de los empleados, sino también para evitarles posibles problemas de salud a medio y largo plazo.

Los efectos adversos de las largas jornadas de trabajo

Diversos estudios realizados alrededor del mundo han encontrado una relación entre las largas jornadas de trabajo y algunas de las enfermedades más comunes de la sociedad actual. Timenet, empresa experta en la gestión de la jornada laboral,  nos explica algunas de ellas :

  • Depresión. La depresión es uno de los problemas más comunes en empleados con jornadas laborales muy largas. Esto debido al estrés y la ausencia de descanso que generan tantas horas de trabajo.
  • Ansiedad. Los trabajos, por lo general, implican cantidad de distintas labores como contestar los correos, realizar llamadas, completar informes… y todo antes de la hora de salida. Por supuesto, este tipo de situaciones generan presión sobre el trabajador, y cuando esos niveles de presión se reproducen durante periodos más prolongados, puede derivar en ansiedad.
  • Problemas cardiovasculares. Varios estudios, entre los que se incluye el realizado por la University College London, afirman una relación entre las largas jornadas de trabajo y la aparición de problemas cardiovasculares. En dicho estudio se observó a un amplio grupo de sujetos durante once años, y aquellos con jornadas de trabajo más prolongadas mostraban hasta un 67% más de probabilidades de sufrir infartos y otros problemas cardiovasculares.
  • Insomnio. Junto con la ansiedad, el insomnio es uno de los problemas más frecuentes entre las personas que tienen largas jornadas de trabajo, lo cual se origina debido a la deficiencia de descanso, al igual que en el caso de la ansiedad.
  • Problemas musculares. La realización de trabajos mecánicos o repetitivos puede ocasionar problemas musculares si se realizan con demasiada frecuencia. Sucede lo mismo si se pasa horas en una misma postura, como por ejemplo sentado todo el día en la silla de la oficina. De ahí que los expertos insistan en que se tomen breves descansos a lo largo de la jornada laboral.
  • Riesgo de obesidad. Un estudio realizado por University of Maryland School muestra una relación entre el riesgo de sufrir obesidad y las largas jornadas de trabajo, esto porque el tiempo que dedicamos a comer se ve afectado y, lo primero que sufre las consecuencias es nuestro metabolismo.
  • Problemas cerebrales. Por su parte, un informe de American Journal of Epidemiology muestra una relación entre las largas jornadas laborales y problemas cerebrales. Aquellas personas con jornadas de trabajo más prolongadas demuestran peores destrezas mentales, un deterioro de la memoria a corto plazo y un mayor riesgo de sufrir futuras enfermedades mentales.

Más allá de la salud, las largas jornadas de trabajo también pueden afectar la productividad del empleado. De hecho, son varios los estudios que afirman que aquellas personas que cuentan con jornadas más reducidas logran aumentar su productividad y ser más eficientes que aquellos que tienen jornadas laborales más prolongadas.

Por ejemplo, un caso alarmante es el de la Comunidad de Madrid, que se sitúa a la cabeza del tiempo de trabajo no remunerado. Tomando en cuenta las horas extra que no se le pagan al trabajador  y el exceso de horas por jornada habitual superiores a las pactadas y que no se retribuyen, se estiman 2,7 millones de horas de prolongación no retribuida de jornada a la semana, lo que equivale a 67.000 empleos en la región. Dicha prolongación afecta a 252.000 trabajadores que, de media, soportan 10,6 horas semanales de extensión no retribuida de su jornada.

Alternativas a las largas jornadas laborales

Opuesto a quienes defienden las largas jornadas de trabajo, los estudios más bien afirman que tener tiempo para dedicarlo al resto de facetas de la vida beneficia la salud física y emocional de los empleados, así como su productividad.

Según los expertos, el balance perfecto entre productividad y salud se sitúa entre las 7 y 8 horas de trabajo diarias. Incluso, algunos gobiernos ya estudian reducir por ley el número de horas laborales por día, con el objetivo de mejorar la eficiencia de los empleados y su calidad de vida.

También hay estudios que aseguran que ajustar los turnos de trabajo a los biorritmos de cada cual podría mejorar en gran medida los niveles de productividad y la salud del trabajador.

Algunos analistas apuntan que la reducción del horario laboral debe venir acompañada de ayudas a las empresas más pequeñas, que no pueden afrontar el sobrecoste laboral que supone la reducción de horas.

En cuanto al tema de los turnos, parece haber consenso sobre que los turnos de noche son los que más problemas de salud desencadenan. Por este motivo, muchas empresas están comenzando a establecer turnos rotativos para intentar disminuir dichos efectos.

El experimento sueco de la jornada de seis horas

Trabajar menos pero seguir cobrando lo mismo es uno de los grandes sueños del hombre. Por eso, Suecia llevó a cabo un experimento para comprobar los efectos que tenía una reducción de la jornada laboral de ocho a seis horas diarias pero sin reducir el salario.

Para esto, eligió al personal de una residencia de ancianos que, durante un periodo de dos años, trabajó 30 horas semanales cobrando lo mismo que cuando realizaba cuarenta. Por supuesto, los resultados fueron los esperados. El número de bajas laborales disminuyólos residentes comenzaron a disfrutar de más actividades y el nivel de satisfacción de ambas partes fue en aumento. Lo único malo es que el experimento supuso un coste tan elevado al consistorio que no planean volver a implementarlo.

La jornada de 35 horas semanales de Francia

Ya han pasado 20 años de que se hubiera consensuado una reducción de la jornada laboral en Francia a 35 horas semanales. En el año 1999 el gobierno galo dio un paso más en las conquistas sociales y aprobó una jornada máxima diaria de siete horas. Sin embargo,  esta medida solo se mantuvo durante cuatro años, hasta que el gobierno fue introduciendo incentivos para las horas extras hasta que, poco a poco se fue volviendo a la situación anterior.

Lo que ocurrió fue que durante este periodo muchos trabajadores franceses tenían que llevarse tareas a casalo cual igual les causaba estrés y el no poder disfrutar realmente del tiempo de descanso.

 

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