En España tenemos mucha historia que contar alrededor de una gran cantidad de bebidas y es que el vino, la sangría o la sidra son algunos de nuestros líquidos que exportamos al mundo. La sidra en concreto, de la que os vamos a hablar hoy, es una bebida alcohólica la cual posee una baja graduación que va desde el 2 % en vol. en el caso de la sidra doux francesa, hasta un máximo del 8 % en vol. Esta está fabricada a partir del jugo fermentado de la manzana o de la pera, aunque la realidad es que en los últimos tiempos han ido apareciendo otras variedades.
Una de las publicaciones más populares de nuestro país habla de la sidra como el nuevo vermut, la nueva cerveza artesana e incluso como si se tratase del nuevo gin tonic y es que tal y como os hemos avanzado, en los últimos tiempos, esta bebida que era propia de Asturias se ha ido extendiendo como la pólvora por toda España. Si bien es cierto que para hacer sidra solo hace falta fermentar manzana o pera, por lo que podríamos prepararla en cualquier lugar, la realidad es que la comunidad asturiana se ha convertido por derecho propio en la cuna de esta bebida en nuestro país.
La realidad es que hablamos de derecho propio porque la producción de sidra natural en España se extendía según la historia de nuestro país por toda la cordillera cantábrica, sin embargo, hace unos años se encontraron unos documentos que databan en el s. VIII y en el antiguo Reino de Asturias la creación de la sidra. Estos papeles versaban sobre el cultivo de los manzanos y lo hacían al hablar de los pomares, lo que serían los huertos de manzanos. Estos documentos, no eran más que testamentos y documentos oficiales de la época, por lo que ya en aquellos años se le daba importancia al cultivo. Además, no es casual que, en todos estos documentos, cuando se mencionaba a los pomares siempre iba ligada esta palabra a la de «vineas» o viñedos, por lo que se da a entender que el uso de estos pomares se destinaba a su uso para la elaboración de bebida y no como alimento.
Hoy en día la sidra se considera una de las bebidas más importantes en nuestro país y es por ello que para su producción se emplean técnicas muy depuradas y estudiadas y que permiten que su sabor, su aroma y en definitiva, su degustación, se lleve a cabo siguiendo los mejores y más eficientes procesos de elaboración y siempre cumpliendo con los estándares de calidad más elevados que desde el Ministerio de Sanidad se le imponen para que pueda ser comercializada de forma legal para el consumo de los mayores de edad, puesto que al contener cierta graduación alcohólica, su ingesta en menores está prohibida.
Para que esto sea así, sobre todo hoy en día que se comercializa al por mayor, las empresas productoras han de contar con la maquinaria más avanzada tecnológicamente con el fin de poder entregar al cliente un producto de la mejor calidad, es por ello por lo que la inmensa mayoría de las empresas contactan con Boada Tecnología Ibérica y es que ellos se dedican a la comercialización, innovación y fabricación de máquinas para hacer vino, cava, aceite, cerveza, sidra y sus respectivos accesorios, por lo que los productores tienen en esta empresa un gran aliado para sus negocios.
Además, el avance de los procesos industriales ha permitido que hoy en día ya podamos encontrar sidra en múltiples formatos diferentes, desde las habituales botellas verdes hasta latas similares a las de refrescos o botellas de 20 centilitros, por lo que su comercialización se extiende más allá de viviendas o restaurantes.
Las sidras de sabores
Hace no muchos años era habitual ver, sobre todo en Asturias, la sidra de pera o la de manzana y es que estas eran las que copaban el mercado, un mercado todavía sin explotar. Sin embargo, hoy en día, esas dos, aunque siguen siendo las mayoritarias, ya son solo dos sabores más de los que podemos encontrar de sidra y es que a la de manzana y a la de pera, le podemos sumar las de mora, fresa, sidra seca o dulce entre otras muchas variedades que poco a poco se van empezando a comercializar.